Parecería que TikTok se convirtió en un blanco adecuado para una estrategia más amplia, que el gobierno de Estados Unidos despliega desde hace casi una década contra el poderío económico de China.

El pleito no es nuevo. Desde hace al menos dos años, diversas manifestaciones regulatorias se han venido gestando en Estados Unidos para prohibir, u obligar a vender, la operación de TikTok en ese país por causa de lo que ha sido definido como “una amenaza de seguridad”. El riesgo consiste en el mal uso que podría darse a la enorme cantidad de datos que la plataforma posee de ciudadanos y empleados estadounidenses, y la posibilidad de que estos sean entregados al gobierno chino. Otra preocupación atiende a la posibilidad de que la aplicación pueda diseminar información falsa o tendenciosa entre los 170 millones de usuarios en ese país.

Ya en 2023 la Casa Blanca ordenó a diversas dependencias eliminar la aplicación de los dispositivos propiedad del gobierno, y recientemente la Cámara de Representantes presentó un proyecto de ley que obligaría a TikTok a eliminar los vínculos con su empresa matriz. De promulgarse en el breve plazo en que se dará su votación, sin duda se tratará de la medida legislativa más radical en la historia en contra de una de las grandes empresas de tecnología, y el inicio de una guerra comercial sin precedentes entre las dos mayores economías del mundo.

Las políticas restrictivas no son exclusivas de los Estados Unidos. Diversos países como Canadá, Reino Unido, Australia y la propia Unión Europea han dictado diferentes medidas precautorias, sin olvidar que la India prohibió la plataforma en 2020. Una de las principales razones es la preocupación de que, la “app”, permita geolocalizar a funcionarios del gobierno. ByteDance, la empresa propietaria de TikTok, ha opuesto diversos argumentos que tienen como fundamento la libertad de expresión, y la gravedad ideológica que significa una prohibición de esta naturaleza para el comercio mundial en el futuro. De hecho, algunos de los principales defensores de la aplicación son los millones de usuarios que la emplean como medio promocional para sus pequeños negocios y de nuevos artistas que se dan a conocer.

Además de la poderosa defensa de la libertad de expresión, TikTok ha dado pruebas exhaustivas de las medidas tecnológicas que ha tomado para garantizar la seguridad de la información que posee, asegurando que observa más elevados estándares que los adoptados por otras plataformas estadounidenses del mismo tipo. En el terreno político, la aplicación sigue sosteniendo que nunca ha recibido una petición de su gobierno para dar información, ni lo haría en forma alguna, por lo que califica estas amenazas como “teatro político” basado en especulaciones.

Es claro que, en este conflicto, las partes preparan sus pertrechos para el momento en que la situación escale a nivel de guerra. Parecería que TikTok, por su éxito y posicionamiento, se convirtió en un blanco adecuado para una estrategia más amplia, que el gobierno de Estados Unidos despliega desde hace casi una década contra el poderío económico de China. Estamos viendo materializarse, de manera concreta, los pronósticos que los futuristas hacían sobre las nuevas formas de conquista de territorios en el planeta: la guerra por los datos y sus ejércitos de usuarios.

Dr. Mauricio Jalife Daher

Marzo 20,2024