La feria anual de franquicias en la Ciudad de México muestra un sector en crecimiento, que gana en confianza y aporta enorme valor a marcas mexicanas que han encontrado en este sistema su ambiente natural para una sana expansión.

Hay temas que, en el revuelto contexto nacional, parecen palidecer o perder relevancia. Uno de ellos es el sector franquicias, otrora blanco de análisis y seguimiento, y que hoy pasa desapercibido o simplemente se ha mimetizado con el deslucido paisaje de nuestra economía.

La celebración de la feria anual de franquicias en la Ciudad de México, la pasada semana, sirve siempre como parámetro de medición del ambiente en el sector, y sirve para realizar corte de caja, tanto en lo individual como en lo colectivo. El momento es particularmente “especial”, considerando este tránsito entre una pandemia que sacudió al sector, y un año electoral que tradicionalmente actúa como inhibidor de inversiones.

Aún así, el ambiente de la feria estuvo animado por la presencia de las grandes marcas del sector, seguidas por muchas más que han pasado, en los últimos años, de adolescencia a la edad adulta, sumando buenos desempeños, nuevos territorios, valor de marca y solidez en su modelo.

Una clara tendencia está definida por la combinación de nuevas marcas del extranjero con las ya conocidas marcas mexicanas dominantes del segmento. Sin embargo, la nueva nota está dada por una creciente participación de franquicias latinoamericanas con conceptos novedosos, propuestas alineadas a los gustos de consumidores nacionales y con un perfil altamente profesional.

Otra tendencia que se puede percibir en las mesas de negociación es la disminución de los franquiciatarios individuales, a favor de proyectos corporativos en los que la compra de varias unidades es la condición básica para prosperar en un mercado tan competido. Además, en todos los jugadores, sean consultores, compradores, vendedores u operadores de franquicias, es evidente el cambio cultural que se ha gestado en los últimos años, que permite hoy hablar de un mercado maduro, en el que el análisis detenido y la decisión soportada están pasando a ser la norma.

En general, podemos decir que, tanto por número de participantes como por el tipo de oferta, la feria arroja resultados alentadores. Las franquicias siguen siendo la opción para que muchas personas alcancen libertad financiera e independencia laboral, con un modelo que les permite realizar sus legítimas aspiraciones emprendedoras.

El viento que sopla al concluir el evento muestra un sector en crecimiento, que gana en confianza y que aporta enorme valor a marcas mexicanas que han encontrado en este sistema su ambiente natural para una sana expansión. La demostración, más allá del discurso, de que la inversión y el intercambio comercial, a través de la reproducción de una fórmula probada de éxito empresarial, siguen siendo ejes naturales de desarrollo compartido. No hay mayor satisfacción para una marca, decía orgulloso un franquiciante, que invitar a otros a participar en un proyecto en el que todos ganamos, incluyendo a los consumidores a los que acercamos productos y servicios de alta calidad, donde antes no los había.

Dr. Mauricio Jalife Daher

Marzo 13, 2024