Las circunstancias que se presentan en todos las materias y niveles del poder judicial federal, y en los de cada estado, representan el más grande desafío en impartición de justicia del que se tenga memoria en nuestro país. Ni siquiera los daños causados por el sismo de 1985 a la infraestructura física de múltiples juzgados y tribunales, aparejó este grado de complejidad.